martes, 31 de agosto de 2010

Sorpresas
















La paciencia no era una virtud que la adornara, pero estaba cargada de voluntad, se empeñó en enseñarme a coser con tres o cuatro años y para que no la diera la lata con el enhebrado de la aguja me ataba una hebra de hilo a un alfiler y me daba una tela blandita con la urdímbre muy abierta, yo me sentaba en la silla de coser a su lado mientras que ella cosía en la máquina, y me iba dando los recortes de tela que la sobraban, trozos de puntilla, un automático, un corchete, botones, una cremallera que no servía y con todo aquello venía la explicación correspondiente donde había que ponerlo, atiende no te despistes, no seas pesada, calladita estas más guapa, esas tijeras no tú tienes las tuyas.

Cuando íbamos a Pontejos siempre me compraba dedales, estas niñas crecen rápido y se les quedan chicos! todavía conservo esos dedales diminutos, lo que no conservo es el alfiletero amarillo con un pollito en la tapa, creo que el pollito no llegó a la estación de Sol.


Así fue como mi madre me enseño a coser y cuando tenía diez y once años bordé y cosí unos albumes que me valieron un Sobresaliente en labores y aquí tenéis algunas de las labores que hice, las que están en el álbum con forma de pez las hice con diez años para primero de bachillerato las que están en el que tiene forma de guindas las hice con once en segundo de bachillerato. ¿Qué os parecen? paciencia no tenía mi madre pero arte.........
Cuando uno hace obras en casa siempre se encuentra con algo que no espera y yo lo que no esperaba este año eran mis albumes de labores de cuando era pequeña ha sido una buena SORPRESA!!!